Más allá de los medios, el efecto se ha dejado notar en las empresas y en marcas que han dado cuenta de ello: que lo han hecho visible. La sostenibilidad se ha convertido en un valor muy buscado y, claro, también en un argumento comercial para diferenciarse de la competencia. Para ser mejores.
Es lógico, pero debemos recordar que la sostenibilidad, que el buen uso de los recursos, no solo ha de ser un medio para la empresa, sino un fin ‘para con’ la sociedad.
Son muchas las empresas y marcas que, por fin, han izado la bandera de la sostenibilidad. Nos alegramos. Pero más allá de banderas, de imágenes, de gestos… el cambio que debemos perseguir debe construirse desde abajo. Desde lo menos visible, desde lo menos espectacular. Nuestro papel como ciudadanos y como consumidores es muy potente.
Por eso debemos recordar que ser sostenible, que apostar por lo natural, no es una opción, ni una alternativa. Es un deber y una responsabilidad. El papel del consumidor es clave para cambiar la manera en la que las empresas hacen uso de los recursos para transformarlos en productos que, como consumidores, terminaremos comprando. No estamos al final de la cadena: sino que somos su base. Nuestra demanda determinará su oferta: sus valores.
En Farmaconfort hace años que practicamos una política de uso de recursos totalmente alineada con nuestra naturaleza y nuestra razón de ser. Sabemos que apostar por lo natural no es el camino más fácil, pero es el mejor camino.