Como todo en esta vida, no existe un camino perfecto y exento de ‘aventuras’, y más cuando hablamos de maternidad. Pero lo cierto es que el verano puede ser un momento óptimo para estrenar ‘faceta’ brindando a padres y madres algunas ‘facilidades’ que, por decirlo de alguna manera, el frío no incentiva. Vamos a revisar algunas de las ventajas de dar a luz cuando todo el mundo quiere estar en la sombra…
1.- A la calle
Las dudas, comunes y compartidas, de salir a la calle a pasear con el recién nacido desde, prácticamente, el primer día se disipan con mayor facilidad en verano. Las temperaturas cálidas y un mayor número de horas de luz, facilitan el poder pasear a diario con el bebé, una actividad reduce el estrés y mejora el estado de ánimo. Importante, siempre, escoger las horas menos calurosas y equiparnos con sombrilla y ropa ligera.
2.- Lactancia ‘outdoor’
Muy relacionado con el punto anterior: el verano facilita -y mucho- la logística lactante, especialmente cuando no estamos en casa. Mucho mejor iniciarnos en esta aventura ataviadas con ropa ligera y fresquita que no con varios forros, abrigos y bufandas.
3.- Tiempo en familia
Con permiso de la baja de maternidad y paternidad, el verano nos brinda la oportunidad de iniciar el tiempo en ‘familia’ sin la rigidez de los horarios propios del curso ‘profesional’ convencional. Son días más relajados en los que es más sencillo adaptarnos a los imprevistos propios del postparto o la lactancia.
4.- Algodón ‘everywhere’
Sudor y sofocos son dos compañeros de viaje recurrentes durante prácticamente toda la cuarentena. Para vencerlos, conviene estar muy atentos a la hidratación y vestir siempre con ropa fresca, no ajustada y tejidos que transpiren, como el algodón. Nada como el verano para poder vestir de forma cómoda y ligera.
No queremos terminar este post sin recordar lo importante que es revisar la composición de los productos de higiene íntima más utilizados tras dar a luz, como compresas postparto y discos de lactancia. La diferencia entre un disco de algodón 100% natural e hipoalergénico (que transpira y no desprende fibras ni residuos en la piel) de uno que simula ser algodón pero contiene componentes químicos como blanqueantes o perfumes, es clave para prevenir, entre otras molestias, la aparición de las incómodas ‘grietas de lactancia’.