El feminismo ha alcanzado la madurez y debe pasar a la acción. Superar la teoría y ser una realidad. Por eso, este año se llama al silencio, a la interrupción, al freno, al vacío. La discriminación de la mitad de la sociedad es un tema urgente que no precisa menos. Si desde 1910, el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en 2018 será también un día de paro. De HUELGA en mayúsculas. Porque si las mujeres ‘paran’, se para el mundo.
Para que el ‘vacío’ realmente sea proporcional al lugar que ocupa la mujer, el próximo 8 de marzo se debe hacer evidente que si las mujeres paran, se para la economía, el consumo, dejan de funcionar hospitales, guarderías, se paran los organismos públicos, etc. Se para, sencillamente, todo. Porque las mujeres son la mitad, ni más ni menos.
La movilización de este año promete ser una jornada festiva y reivindicativa, rica en actividades y expresiones a lo largo y ancho de toda nuestra geografía. Y es que la transversalidad que adquiere esta reivindicación es lo que convierte el movimiento feminista en una lucha que nos concierne a todos y todas en prácticamente todos los ámbitos de la vida, no sólo en el entorno laboral.
Por la naturaleza y el sujeto de nuestra actividad (una nueva manera de entender la higiene íntima de la mujer), no podemos sino apoyar y sumar en esta lucha. Porque sin igualdad entre hombres y mujeres, no puede existir ningún otro tipo de igualdad.