3.- ¿La regla huele?
No, no huele (si mantenemos una higiene regular, claro). Lo que huele es, precisamente, el resultado de la escasa transpiración que se produce cuando una compresa está en contacto con nuestra piel y se encuentra con componentes potencialmente tóxicos y/o sintéticos como perfumes o superabsorbentes. Una escena clásica’ producida cuando la compresa no es de algodón (aunque lo parezca).
4.- ¿Cómo puedo saber que una compresa es de algodón?
Lo mejor es comprobar la composición y diseño de los productos que utilizas y consultar con el farmacéutico o médico de confianza. Desconfía de los envases en los que aparece la palabra cotton o algodón, pues no se refieren a su composición sino a la apariencia.
5.- ¿Cuáles son las propiedades del algodón que lo hacen tan adecuado para estar en contacto con la piel?
Destacamos 5 propiedades principales: Es transpirable, es decir, retiene el flujo y permite el paso del aire a través de sus fibras. En segundo lugar, garantiza un nivel óptimo de humedad, permitiendo el justo intercambio de humedad con el exterior y reduciendo la deshidratación. También es compatible con el pH fisiológico y no altera la acidez natural de la mucosa vaginal. Es hipo-alergénico, dermatológicamente testado, por lo que atenúa y ayuda a prevenir los riesgos de irritaciones, picores, infecciones y alergias. Por último, y no menos importante: mantiene un tacto suave y agradable con una máxima protección.